La vida está llena de desafíos. Todos, en algún momento, enfrentamos momentos difíciles: problemas en el trabajo, conflictos personales, o la sensación de estar atrapados sin salida. Esos momentos pueden sentirse como días de lluvia interminable o noches oscuras sin luz. Sin embargo, siempre hay formas de encontrar algo positivo, incluso en medio de las dificultades.
Hace unos años, me encontraba en una situación complicada. Había tomado una decisión profesional que me llenaba de entusiasmo, pero las cosas no salieron como esperaba. Los resultados eran lentos, los problemas parecían multiplicarse, y comencé a dudar de mí misma. Fue un período de frustración, con días que sentía como si estuviera caminando bajo una tormenta constante.
Un día, mientras hablaba con un amigo cercano, me dijo algo que no olvidaría: "Cuando llueva, busca el arco iris; cuando esté oscuro, busca las estrellas." Esa frase se quedó conmigo. No porque mágicamente resolviera mis problemas, sino porque me recordó que, incluso en medio de la adversidad, siempre hay algo bueno que podemos encontrar si decidimos buscarlo.
Comencé a aplicarlo en pequeñas cosas. En lugar de concentrarme en todo lo que estaba saliendo mal, me forcé a reconocer lo que sí estaba funcionando. Si un proyecto no daba frutos, celebraba los pequeños avances que sí lograba. Cuando me sentía agotada, aprendí a tomar pausas para cuidar de mí misma y recargar energías.
No fue fácil. Hubo días en los que esa búsqueda del "arco iris" o de las "estrellas" se sentía inútil. Pero poco a poco, esa actitud cambió mi perspectiva. Cada desafío me enseñó algo valioso: a ser más resiliente, más creativa, y a confiar en que los tiempos difíciles no duran para siempre.
Por ejemplo, una de las lecciones más grandes que aprendí fue la importancia de pedir ayuda. No siempre tenemos que hacerlo todo solos. Hablar con colegas, mentores o incluso amigos puede darnos claridad y una nueva perspectiva. En mi caso, estas conversaciones me dieron ideas que nunca hubiera considerado por mi cuenta.
Hoy miro hacia atrás y me doy cuenta de que esos momentos difíciles fueron necesarios. No porque fueran agradables, sino porque me forzaron a crecer y a encontrar fuerzas que no sabía que tenía. Descubrí que las "estrellas" pueden ser algo tan simple como el apoyo de una persona cercana o la satisfacción de superar un obstáculo, y que los
a menudo aparecen cuando menos lo esperamos, como una oportunidad que surge justo cuando estamos por rendirnos.
Si estás atravesando un momento complicado, quiero recordarte lo mismo que me dijeron a mí: cuando llueva, busca el arco iris; cuando esté oscuro, busca las estrellas.
No ignores lo difícil que puede ser, pero tampoco pierdas de vista que cada tormenta y cada noche oscura tiene algo valioso que ofrecer. Y lo más importante: ninguna tormenta dura para siempre.
Rossemary
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